Entre el 50% y el 70% de las operaciones bursátiles de Estados Unidos son realizadas por ordenadores, capaces de ejecutar transacciones en menos de un microsegundo (una millonésima parte de un segundo).
Estos ordenadores tienen programados algoritmos que lanzan vertiginosas órdenes de compra y venta en función de múltiples variables. Entre ellas está incluso Tweeter, sobre el que pueden rastrear palabras clave en tweets the fuentes de solvencia, palabras como “bomba”, “Casa Blanca”, “Obama”, “Herido” para lanzar órdenes de compra ante la previsible bajada de la bolsa que esto produciría.
No es un caso hipotético, sucedió el pasado Abril, cuando la cuenta de la agencia de noticias AP fue hackeada y un tweet con esas palabras fue publicado. Provocó una caída del índice Dow Jones de 143 puntos, hasta que unos minutos después fue aclarado el malentendido.
Sólo quedó como un susto para los operadores bursátiles, pero es una muestra de la fragilidad a la que nos expone la creciente automatización y conectividad de los sistemas. Todavía estamos en los albores de este proceso pero cada vez vamos dejando más y más espacio a que los ordenadores hagan nuestro trabajo, basándose en reglas y algoritmos que en la mayor parte dejan mucho que desear, porque somos nosotros los que los programamos. ¿Cómo vamos a definir unas reglas si no tenemos unas idea clara de como deben funcionar las cosas? ¿Quiénes son las que las definen? ¿Nos podemos fiar de ellos? ¿Hay alguien que realmente tenga una vision global que se asegure de que la combinación de todas esas reglas tenga un efecto beneficioso?
Mi inquietud no va por la linea conspiranoica, sino por la de la combinación de la inherente ineptitud humana y la inexcrutable complejidad de lo que nos rodea. Una combinación cuanto menos inquietante.
Archivos Mensuales: agosto 2013
Circuito Polar Ártico

Escenas Memorables: Cantinflas – Yo invito, los señores pagan
Escenas Memorables: Matar al Malo
En el cine el malo suele morir. No lo pilla la policía para que lo encarcelen, no. Mis recuerdos son que de alguna forma los guionistas se las ingenian para fuliminarlo, unas veces de forma más sutil, como que el bueno se ve obligado a cargárselo en defensa propia, o por la torpeza del malvado, que al final le da por caerse por un precipicio.
Pero en otras ocasiones los guionistas no se andan con contemplaciones y se recrean en el momento con una mezcla de poesía y toques de psicopatología, como este final de una de las pelis de Harry el Sucio, con su legendaria perorata de cuántas balas le quedan en su Magnum 44:
En este ejemplo de una película de Jodie Foster que pasó hace unos años sin pena ni Gloria, la protagonista no recurre ni a la defensa propia, toda una declaración de principios:
Maximizar Sillas y Tomates

No recuerdo el nombre de la asignatura que estudié en la carrera en la que se nos demostraba las bondades de la especialización en el trabajo. La lógica era aplastante: si a mí se me da mejor fabricar sillas que plantar tomates y a ti justo lo contrario, la productividad total es mayor si cada uno nos dedicamos a nuestra especialidad. Llevado a un mundo globalizado los diferentes países se especializan en aquello en lo que son más competitivos, y nos enseñaban ejemplos matemáticos en los que se demostraba esta teoría.
Tanques
La imagen de Junio de 1989 en la que se ve a un hombre frente a unos tanques en la plaza de Tiananmen fue mostrada e China durante unos segundos durante un espectáculo en el Circo del Sol.
Esta misma semana un hombre desarmado, con los brazos en alto frente a unos tanques, es acribillado en El Cairo.
Made In China
Hace más de 100 años hubo un país en el que sus empresas tuvieron un mercado relativamente grande para vender sus productos. Estas empresas tuvieron la oportunidad de crecer y crecer, lo que les dio una ventaja competitiva cuando decidieron vender en otros países, cuyas empresas convivían con más fronteras, más problemas e incluso guerras. Así que pasados los años casi todos los seres humanos de este planeta consumimos o sabemos de sus productos: refrescos, automóviles, películas, petroleo…

Escenas Memorables (con semen)
O esta escena de “Vaya par de Idiotas”:
Ambas, por cierto, dirigidas y escritas por los hermanos Farelli.
Escenas Memorables: Como afrontar una ruptura
Estilo Woody Allen: